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¿Cuándo debo llevar a mi hijo al psicólogo?

Algunas señales nos pueden advertir de que es preciso consultar a un profesional.

Ser padre o madre es una de las experiencias más enriquecedoras del ser humano, pero también puede llegar a ser una situación muy estresante, especialmente la primera vez. Cualquier síntoma físico (estornudo, tos o fiebre) puede interpretarse como una señal de que hay que a ir al médico lo antes posible.

Por desgracia, los problemas o enfermedades físicas no son la única preocupación que tienen los padres que, ante todo, desean un desarrollo sano de su hijo. Por eso, muchos padres y madres, sobre todo los primerizos, se preguntan al observar el comportamiento del pequeño de la casa: ¿Cuándo debo llevar a mi hijo al psicólogo? En este artículo daremos algunas pautas orientativas para responderla.

¿Cuándo debo llevar a mi hijo al psicólogo?

Los problemas psicológicos o los trastornos mentales también han de tenerse en cuenta a en edades tempranas, porque un tratamiento eficaz a estas edades va a condicionar positivamente el futuro de un niño.

Sin embargo, si el problema se deja pasar y no se trata de una forma adecuada, las consecuencias pueden ser negativas y los síntomas pueden irse agravando con el paso del tiempo. Hay que tener en cuenta que la infancia es una etapa clave del desarrollo psicológico, y si los pequeños experimentan crisis graves que no son atendidas, pueden cronificarse y afectar a su personalidad de un modo negativo, de manera que en la adultez será más complicado intervenir en psicoterapia.

El diagnóstico y tratamiento en edades tempranas son importantes

Pero… ¿Cómo saber si tu hijo necesita ir al psicólogo o a otro profesional de la salud mental? ¿Existen señales que pueden alertarte de que algo no va bien? Aunque puede estar bien consultar a otros miembros de la familia o amigos que ya han sido padres con anterioridad, existen síntomas claros que no se deben ignorar.

Si un niño presenta señales de un trastorno mental, el diagnóstico y el tratamiento temprano (adaptado a las características del problema que presente el menor de edad) son importantes para minimizar sus efectos negativos.


Trastornos que pueden desarrollarse durante la infancia

Existen bastantes trastornos mentales o trastornos de origen psicológico que se inician en la infancia, la niñez o la adolescencia. Según el DSM-IV-TR podemos encontrar:

  • Trastornos generalizados del desarrollo: trastorno Autista, trastorno de Rett, trastorno desintegrativo infantil, trastorno de Asperger
  • Retraso mental
  • Trastornos del aprendizaje: trastorno de la lectura, trastorno del cálculo, trastorno de la expresión escrita
  • Trastornos de las habilidades motoras
  • Trastornos de la comunicación: trastorno del lenguaje expresivo, trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo, trastorno fonológico, tartamudeo
  • Trastornos por déficit de atención y comportamiento perturbador: TDAH, trastorno negativista desafiante, trastorno disocial
  • Trastornos de la ingestión y de la conducta alimentaria de la infancia o de la niñez
  • Trastornos de tics: síndrome Tourette, trastorno de tics motores o vocales crónicos, trastorno de tics transitorios.
  • Trastornos de la eliminación: Encopresis, Enuresis
  • Otros trastornos de la infancia, la niñez o la adolescencia: ansiedad por separación, mutismo selectivo, trastorno reactivo de la vinculación de la infancia o la niñez, trastorno de movimientos estereotipados.

También existen otros trastornos que pueden desarrollarse a esas edades, como pueden ser: trastorno bipolar, depresión, trastorno de estrés postraumático o esquizofrenia.

Síntomas que pueden presentar los niños con un trastorno psicológico

La lista que se presenta a continuación muestra algunos síntomas que pueden indicar la presencia de trastornos psicológicos:

  • Problemas para conciliar el sueño
  • Pesadillas frecuentes o terrores nocturnos
  • Comportamientos extraños
  • Miedo intenso
  • Excesiva agresividad
  • Comportamiento regresivo (realización de conductas de edades anteriores)
  • Problemas de atención y lectura
  • Lentitud en el desarrollo del lenguaje o del habla
  • Falta de respuestas emocionales apropiadas
  • Mojar la cama a edades avanzadas
  • Retraimiento y problemas de relación social
  • Hiperactividad
  • Escuchar voces o hablar solo
  • El niño dice ver cosas inexistentes
  • Se queja de dolores estomacales, dolores de cabeza u otros síntomas físicos de manera muy frecuente
  • Conductas repetitivas y obsesivas
  • Irritabilidad frecuente
  • Desánimo la mayor parte del tiempo

No hay que olvidar que estos síntomas que podrían indicar que el niño padece algún trastorno, pero cada patología tiene unos síntomas específicos. Aún y así, estos síntomas son indicadores de que algo le pasa al niño, y sería indicado consultar a un especialista para salir de dudas y empezar un tratamiento específico si fuera necesario.

Por otro lado, recuerda que es posible acudir a una primera sesión exploratoria con un psicoterapeuta infantil para ir esclareciendo si existe o no un trastorno que deba ser abordado dese la terapia psicológica, y que esta primera visita no significa que el tratamiento empiece en ese momento. Una vez detectado el problema, los psicólogos informan a los padres y madres acerca de lo que han podido observar para que estos sepan en todo momento qué propuesta de intervención va a realizarse, si es que es necesaria.

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